Todo negocio que comienza o desea mantenerse competitivo en la industria necesita identificar claramente hacia dónde se dirige y qué espera lograr a corto, mediano y largo plazo.
Para poder desarrollar unas metas y unos objetivos medibles y cuantificables, debes evaluar qué es lo que estás ofreciendo y cuál es tu negocio. Las metas que establezcas deben ser específicas y debes evitar conceptos ambiguos. Una vez detalles sus características a base de un análisis de fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas llamado análisis SWOT (por sus siglas en inglés) , podrás identificar cuál es el mercado al que debes dirigirte.
El mercado se refiere al público que comprará tu producto o servicio, o el que visitará tu negocio. A éste debes describirlo a base de las siguientes caracterísitcas dependiendo del caso:
Demográficas: si es un público masculino, femenino o ambos. Edades, ocupación; si son industrias, qué tipo o categoría.
Geográficas: si es local o internacional, si es área metro o isla.
Psicográficas: estilos de vida, nivel de educación, si es activo, extrovertido o pasivo e introvertido.
Conductual: conducta de compra o de uso. Si los productos o servicios se compran por impulso, racionalmente, por patrocinio o emocionalmente
Una vez detalles cuál es tu negocio, producto o servicio y a quién se lo vas a dirigir, podrás establecer una estrategia de precios. Para esto es necesario realizar un análisis de la competencia, ya sea directa o indirecta. Esta estrategia es muy importante pues el precio que establezcas debe ir al nivel de la imagen que deseas proyectar. Recuerda que el precio, en la mayoría de las ocasiones es visualizado como sinónimo de calidad en la mente del consumidor. A este fenómeno le llamamos Posicionamiento.
El análisis de la competencia te permite identificar tu enemigo, el que tiene el mercado que deseas obtener o el que pretende arrebatarte a tus clientes. Nunca pierdas de vista tu competencia y si piensas como muchos comerciantes, que no tienes competencia, te aseguro que no durarás mucho tiempo en el mercado. La forma en que vayas a distribuir tu producto o en qué lugar estarás localizado, dependerá del público a quien te dirijas y los negocios con los que vas a competir geográficamente.
Ha llegado el momento de establecer la estrategia de Promoción; cómo mercadear tu producto, servicio o negocio al público idóneo, al que estará dispuesto a comprarte.
La más eficiente herramienta en el mercadeo es la Investigación. Por medio de una buena investigación de mercadeo puedes indagar la más importante información:
· qué le gusta al público, que quiere, cómo lo quiere, qué los motiva a comprar y en cuáles circunstancias; a quién le compra actualmente y cómo lograrías que te compre a ti.
La investigación te provee con toda la información posible para que tomes las mejores decisiones en cuanto a cómo debes mercadear tu negocio, producto o servicio, en qué medios lo vas a mercadear, cómo lo haces más atractivo que la competencia y de qué formas puede convencerlos para que te compren y se conviertan en clientes recurrentes de tu negcio.
Existen varios tipos de investigaciones, unas más sencillas y económicas y otras más complejas y más costosas. Todo depende de lo que desees indagar. Lo importante es que la misma sea lo más representativa de la población bajo estudio y que refleje los datos de la forma más pura y real posible.
Para ésto es imprescindible que tu investigación sea hecha por profesionales serios que hagan un trabajo objetivo y libre de vicios o errores.
Cuando planificas calculas los riesgos, sabes hacia dónde te diriges y qué puedes esperar. Es posible medir si los objetivos y metas que te propusiste se cumplieron y te permite tomar medidas correctivas para triunfar en tus planes.
No te confíes, no creas que porque te ha ido bien en estos últimos años te va a ir bien siempre. El público cambia, los gustos cambian, la moda cambia y cada día, cada vez más rápido aparecen nuevos productos y servicios que compiten con los tuyos.
Ya no hay clientes leales que se conforman con lo mismo, tienes que reinventarte, indagar, preguntarle constantemente a tu cliente cómo se siente con tu negocio y con lo que le ofreces. Tienes que abrir tus horizontes y darles lo que te piden porque si no, lo irán a buscar en otro lado.
Por último, busca ayuda, un asesor de mercadeo que te ilumine y guie tus pasos de forma segura y costo efectiva y ten la confianza de que tu inversión rendirá frutos. No trates de hacerlo todo tú mismo ni te pongas a inventar. Recuerda que lo barato sale caro y es mejor precaver que tener que remediar.
Y nunca dudes de que con un simple plan de mercadeo podrás llegar lejos.
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