Recientemente estuve en una actividad donde conocía a varias personas y donde conocí a otras más. Fue entretenida y amena, pero mi agenda y mi pasión me permitían solo unos segundos de relajación sin olvidar que mi prioridad donde quiera que asista es identificar prospectos perfectos para entrevistarlos en mi programa ESTO ES VIDA. Además, mi labor como adiestradora y consultora de negocios se nutre de los contactos que hago cuando conozco o me refieren empresarios que necesitan adiestrar a su personal en las empresas que dirigen.
Para mi programa busco empresarios exitosos que tengan una historia interesante, de donde podamos aprender a reinventarnos, que sean extrovertidos y divertidos y , sobre todo, que se sepan mercadean eficazmente.
Hay mucha, pero que mucha gente con pasión por lo que hace y muchos profesionales han tenido que reinventarse cambiando de industria, volviendo a la universidad y especializándose en áreas completamente distintas a las que laboró durante toda su vida.
Esta época de recesión nos ha tocado a todos de una u otra forma y lo que nos llegaba fácil y sin esfuerzo, ahora tenemos que salir a buscarlo y a competir más inteligentemente y con más herramientas para tener éxito en nuestra gestión laboral.
Como buena mercadóloga e investigadora, identifico un prospecto que se destaque entre los demás y le comienzo a hacer preguntas para saber más de su vida, de su historia y de su negocio. Lo primero que le pido es su tarjeta de presentación, elemento básico de mercadeo para un empresario. Si no la tiene u ofrece una excusa de que se las están haciendo o que las tiene en otro sitio, ya bajó de categoría pues no se supo mercadear eficazmente.
Uno de los beneficios de crear este intercambio es que las personas tienden a conservar las tarjetas que les dan, a veces por años. La memoria es corta y traicionera, pero con la ayuda de esta herramienta tan simple y que nunca pasa de moda, te podrán conseguir para generar negocios contigo. Hoy día ya existen hasta tarjetas de presentación electrónicas que puedes enviar por el celular y por correo electrónico, pero la tarjeta de que le ofreces personalmente a alguien tiene una magia especial, es una oportunidad de establecer una relación más personalizada con ese prospecto y habla mucho sobre ti.
Muchas personas te dicen su nombre cuando te conocen y a veces no lo entiendes bien o no lo escuchaste con claridad y no sientes que es prudente preguntarlo o no tuviste la oportunidad de hacerlo en ese momento. Su tarjeta de presentación es tu salvación y tu archivo de prospectos o referencias futuras. Así mismo, si con la persona con la que estás entablando una conversación le pasó lo mismo que a ti, tendrá la ventaja de saber tu nombre y a lo que te dedicas sin tener que preguntártelo nuevamente.
Muestra respeto cuando te brinden su tarjeta, mírala y léela delante de la persona. Esto significa que estás agradecido de que te la ofreciera y que estás genuinamente interesado en su persona o negocio.
Si pides su tarjeta, debes estar preparado para intercambiar la tuya. Eso es cortesía organizacional. Procura que tu tarjeta esté en perfectas condiciones pues esa es tu imagen profesional. Prefiere guardarlas en un tarjetero para que no se doblen ni se ensucien y, a la vez, procura que tu tarjetero esté en perfectas condiciones pues la persona va a tener su vista puesta en el mismo mientras la estés sacando para ofrecérsela.
¿Sabías que el origen de las tarjetas de presentación comenzó en el siglo 19 en Inglaterra? Se comenzó a utilizar por los nobles cuando visitaban a las personas en sus hogares y si no estaban, le dejaban una tarjeta “de visita” como se comenzó a conocer para que supieran que había estado allí. Posteriormente, se popularizó esta estrategia, ya que abrió la oportunidad de establecer una información breve pero al grano de las personas.
Debes siempre estar listo para identificar negocios y oportunidades dondequiera. No importa donde estés, ya sea en una funeraria, piscina o una fiesta de niños, carga siempre y sin excusas con varias de tus tarjetas de presentación. No pierdas oportunidad de mercadearte con una herramienta tan valiosa y sencilla al mismo tiempo. La tarjeta te ayuda a que te recuerden y te puedan conseguir, pero no pierdas de perspectiva que la mejor referencia eres tú mismo.
Y cuando en búsqueda de negocio, acuérdate siempre del famoso refrán de la tarjeta de crédito: “nunca salgas sin ella”.
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